Grecia continental, un país legendario de espectacular belleza natural
Una invitación a descubrir los mitos y paisajes de la Grecia continental.
Situada en el sur de la península balcánica, Grecia es famosa por sus ruinas, sus montañas históricas y sus 16.000 km de costa paradisíaca. Entre mar y montaña, Grecia y sus paisajes de postal pueden ser explorados y contados a través de leyendas transmitidas desde la antigüedad. He aquí una selección no exhaustiva de los puertos de escala recomendados durante su odisea.
Ática, alrededor de Atenas
La exploración de la Grecia continental incluye inevitablemente una visita a Atenas, la capital griega. La ciudad, que mira al mar, está repleta de vestigios antiguos como la Acrópolis y el Partenón, el Teatro de Dionisio, el Ágora... Con sus magníficas playas y villas costeras, la Riviera ateniense (que se extiende desde el Templo de Poseidón hasta Sounion) también merece una visita.
Tras una breve escala en el puerto del Pireo, abandone por un momento tierra firme para atracar en la isla de Egina. Situada al sur de la península del Ática, la isla debe su nombre a la hija del dios Asopos, de quien se dice que tuvo un hijo de Zeus, Eaco. Se dice que Zeus bautizó la isla en su honor. Egina alberga magníficos pueblos de montaña, antiguos monasterios, templos milenarios, playas y bosques…
De vuelta a tierra firme, si le apetece, diríjase al Cabo Sounion, donde se encuentran las ruinas del templo de Poseidón. La historia cuenta que el templo fue erigido por Zeus para aplacar la furia de Poseidón ante el nombramiento de Atenea como protectora de Atenas.
Un breve recorrido por el Peloponeso
Entre dos ciudades cargadas de historia, y para marcar su entrada en el Peloponeso, haga una escala en Porto Héli. Esta estación balnearia es hoy una meca para los turistas, donde encontrará fácilmente magníficas casas de vacaciones junto al mar, prestigiosas villas y apartamentos con vistas al mar. Se merece unos días de descanso en la playa.
El viaje continúa hacia Micenas. Se dice que la ciudad fue fundada por Perseo antes de ser gobernada por Atreo, padre de Agamenón (el héroe de Homero y líder aqueo de la guerra de Troya). Esta ciudad merece la pena visitarla por sus vestigios antiguos, como la ciudadela, las murallas ciclópeas (que se dice que construyeron los cíclopes a petición de Perseo) y la Puerta de la Leona, la entrada principal a la acrópolis.
Al este de la península del Peloponeso se encuentra Corinto, una de las ciudades más grandes de la antigua Grecia. La diosa Efira o Corinto (descendiente del dios Helios) pudo ser la responsable de la creación de la ciudad. La ciudad posee un rico patrimonio arqueológico, y entre sus muchos lugares se pueden explorar las ruinas del Ágora y los templos de Afrodita y Apolo. El Canal de Corinto, que separa el Peloponeso de la Grecia continental, es otro de los lugares de interés de la región que sorprende por sus dimensiones (es particularmente estrecho).
Volver al centro de Grecia
Más hacia al norte, el histórico pueblo de Delfos es un paraíso en la ladera de una colina. El ombligo del mundo, así llamado por Zeus, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los paisajes de Delfos son magníficos: montañas, acantilados, olivares... Se dice que Apolo construyó su santuario en Delfos tras matar al dragón Pitón, y que la Pitia pronunció allí sus Oráculos.
Con vistas a la ciudad de Delfos, el Monte Parnaso se eleva a más de 2.450 metros de altitud. En verano, póngase los zapatos de senderismo para llegar a la residencia de Apolo y las 9 Musas. En invierno, podrá esquiar en Parnaso, la mayor estación de esquí del país.
Un epílogo bucólico en Tesalia
Un poco menos mitológico pero igual de místico, descubra el paraje de Meteora y sus monasterios encaramados a inmensos picos rocosos. Los monasterios se construyeron aquí en el siglo XIV, y seis de ellos siguen siendo habitados hoy en día. Los paisajes de este lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son únicos en el mundo y un sueño para los amantes de la escalada.
De regreso a la costa oriental, no se pierda el Monte Olimpo, la montaña más alta de Grecia (2.917 metros). Entre en el parque nacional y descubra el hogar de los dioses y el trono de Zeus. Cuenta la leyenda que podrá vislumbrarlo en la cima del Olimpo al anochecer.
La ciudad costera de Vólos es un puerto con un pasado legendario. Se dice que fue fundada por Creteo, hijo de Eolo. Pero la mitología recuerda sobre todo a su nieto Jasón, el héroe griego que partió en busca del Toisón de Oro con los Argonautas. Vólos es también una encantadora estación balnearia. Disfrute de las numerosas especialidades gastronómicas y de los paseos por la playa.
La mejor manera de completar este viaje es visitar la tierra de los centauros, la montaña que domina el mar Egeo: el Monte Pelión. Esquí en invierno y playas en verano, pueblos tradicionales de visita obligada, hoteles y mansiones de prestigio... Pelión ofrece lujo, paz y diversión.









